Aunque consideramos que la opción más interesante y completa, siempre que podamos, es el masaje que da una persona a otra, el automasaje siempre es placentero, y mejora nuestra salud. Según la medicina china hace que el qi (pronunciese chi) se distribuya por todo el cuerpo evitando que se estanque y que por tanto surja la enfermedad.
El masaje que vamos a explicar es un masaje vigorizante si lo hacemos por la mañana y deprisa, y relajante si lo hacemos despacio, al atardecer o antes de irnos a acostar.
Está basado en la técnica del Dao In (pronunciese Tao In) desarrolladas por los monjes Daoistas (Taoistas) de China. Consiste en hacer que la energía que corre por los meridianos del cuerpo, fluya y no se estanque.
Sería necesario que si no tenemos conocimientos de medicina china nos procuremos un dibujo de los meridianos para poder ubicar los puntos que se citan.
Antes de explicar nada, debemos decir que la parte posterior del cuerpo es Yang y la parte anterior es Yin. Que la energía Yang viene del cielo, por lo tanto desciende, y la energía Yin viene de la tierra y por lo tanto asciende.
- Comenzaremos en una postura clásica para todos los ejercicios del Qi Qong ( chi kung): la espalda recta, la cabeza como si estuviese colgada de un hilo, las piernas un poco flexionadas, la mirada recta al frente. La lengua tocando el paladar para cerrar el circuito energético.
- Empezaremos golpeando la mano izquierda con la derecha por la parte dorsal, proseguimos subiendo por el antebrazo hasta llegar al hombro. Luego hacemos lo mismo golpeando la izquierda sobre la derecha y también hasta llegar al hombro.
- Seguimos golpeando con las dos manos desde la parte alta de la espalda pasando por la zona lumbar, glúteos, piernas hasta llegar a los pies. A partir de aquí, el golpeteo pasa a la zona interna interna de los pies y piernas y subiendo por el abdomen pasa al pecho, y haciendo especial hincapié en la zona de 1 de Pulmón que golpearemos repetidamente con los puños (no es necesario dar el grito de Tarzán), pasamos a golpear los brazos y las manos por su cara interna hasta llegar a los dedos. Esta rutina la haremos dos veces.
- Proseguimos dando un enérgico masaje con el dorso de las manos en la parte baja de la espalda, riñones y sacro.
- Pasaremos al abdomen, en donde masajearemos de derecha a izquierda siguiendo el recorrido del intestino grueso. Después haremos un masaje en espiral que comenzando en la parte derecha irá a su centro en el punto qihai, Mar de la Energía (6 rem). Este punto lo haremos vibrar colocando el dedo índice y corazón, realizando un movimiento vibratorio.
- Iremos a la cara colocando los dos dedos corazones en la frente y haciendo círculos concentricos hacia fuera. Pasaremos a masajearnos las cejas dándono pellizcos a lo largo de ellas y masajeando los orbiculares de los ojos. Con el dedo índice y corazón daremos un masaje suave en la zona de las sienes. Recorreremos toda la base de la nariz punteando a los lados de las aletas (20 IG). Masajearemos los orbiculares de la boca y moveremos la barbilla. Puntearemos el 18 ID (debajo del ángulo externo del ojo, en la depresión del arco cigomático).
- Comenzaremos con las orejas masajeándolas con especial incidencia en los lóbulos y plegándolas sobre si mismas. Las golpearemos suavemente con los dedos de la otra mano (Tambor Celestial) con este sistema estaremos dando masaje al oído interno.
- Para acabar colocaremos las palmas de nuestras manos sobre los ojos y con una ligera presión permaneceremos así durante unos segundos.
- Seguidamente realizaremos unas respiraciones abdominales, lentas y profundas.
Este automasaje sería bueno hacerlo todos los días, o al menos un día sí y otro no.
Siempre había pensado que eso del automasaje era otra cosa :)
ResponderEliminarMuy educativo este artículo, en éste mundo de estrés donde vivimos, donde el tiempo para la salud y para uno mismo lo degradamos al final de la lista de prioridades, deberíamos plantearnos unos minutos al día para buscar el equilibrio energético y por tanto de salud. Nos sorprendería descubrir que afecta a toda aquello que hemos puesto por encima en la lista que antes mencionaba.
Albano