viernes, 19 de febrero de 2010

El idioma chino y su transcripción


Ya sabemos que el idioma chino es muy difícil, por lo menos para el conjunto de los españoles, que dicho sea de paso, se nos dan muy mal los idiomas pero, lo que está ocurriendo con la pronunciación del chino por parte de nuestros periodistas en la Tv no tiene perdón. ¡Que menos que deberían saber algo sobre la pronunciación de los nombres propios, ciudades y provincias del país más poblado y del idioma mas hablado del mundo!. El pronunciar Beijing, tal como suena, es tan ridículo como pronunciar "saquespeare" para referirnos a Shakespeare. Debemos decidirnos, o castellanizamos todos los idiomas o, al menos con los más importantes, nos tendremos que esforzar para pronunciarlos medianamente bien.

El esfuerzo que el gobierno y el pueblo chino han hecho para que sus ideogramas se entiendan en el resto del mundo, inventando un sistema de transcripción fonética, el famoso Pinyin, es necesario que lo recompensemos con nuestro esfuerzo para intentar pronunciar su idioma utilizando las reglas creadas.

Por ejemplo: la B, se pronuncia P, la D, se pronuncia T, la Q, algo así como ch. Así que, aunque veamos que se lee Beijing lo debemos pronunciar como Peichin, (de aquí el Pekín españolizado). El Dao, sigue pronunciándose Tao y el Qi Gong, sigue pronunciándose Chi Kung.

La cosa no es sencilla porque, además de tener que aprendernos un mínimo de sonidos, en algunos libros veremos que todavía están transcritos con el sistema Wade-Giles, por ello nos suena más familiar el Tao Te Chin que el Dao De Jing, Tsun Tsu, que Sun Zi, pero la pronunciación sigue siendo la misma.

domingo, 7 de febrero de 2010

Vídeo sobre la "pandémia" de la gripe A

Aunque tarde, ya que este vídeo es de hace un mes, no me resisto a ponerlo en el blog. Iñaqui Gabilondo hace un buen resumen de lo que ha sido una de las mayores mentiras mundiales sobre la salud. Lo trágico de ésta bufonada es que a partir de ahora ¿quién va a creer las directrices de la OMS?
Ante la reacción de los políticos y de nuestras autoridades sanitarias siguiendo las directrices que les marcaban los laboratorios farmacéuticos, ¿no sería hora, si se demuestra que nos mintieron como todo apunta a ello, de reorganizar el ministerio de sanidad?¿No sería el momento de pedir a la ministra de sanidad que nos explique porque compró tantos millones de vacunas? ¿Donde están los estudios científicos y epidemiológicos que le llevaron a tomar esa decisión? En cualquier otra área esto se hubiese resuelto con dimisiones y una reorganización del ministerio, en sanidad,no.
Nuestra sanidad está montada sobre intereses que se entrecruzan y que si alguien intentara descubrir como funciona se encontraría con que en la formación de los médicos están muy presentes las farmacéuticas, que en los simposios y reuniones de personal sanitario suelen estar patrocinados por las farmacéuticas, que los grandes medios de información viven de la publicidad que pagan las farmacéuticas y que hasta las asociaciones de enfermos están en gran medida financiadas por las farmacéuticas.